Se estima que se producen 390 millones
de infecciones por dengue cada año, de los cuales 96 millones se manifiestan
clínicamente.
Se conocen cuatro serotipos distintos del
virus: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. Cuando una persona se recupera de la
infección adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular. Sin
embargo, la inmunidad cruzada a los otros serotipos es parcial y temporal.
El vector principal del dengue es el
mosquito Aedes aegypti. El virus se transmite a los seres humanos por la
picadura de mosquitos hembra infectadas. Tras un
periodo de incubación del virus que dura entre 4 y 10 días, un mosquito
infectado puede transmitir el agente patógeno durante toda
la vida.
El mosquito Aedes aegypti vive en
hábitats urbanos y se reproduce principalmente en recipientes artificiales. A
diferencia de otros mosquitos, este se alimenta durante
el día; los periodos en que se intensifican las picaduras son el
principio de la mañana y el atardecer, antes de que oscurezca.
Aedes albopictus, vector secundario
del dengue en Asia, se ha propagado al Canadá, los Estados Unidos y Europa debido al comercio internacional de neumáticos
usados (que proporcionan criaderos al mosquito) y el movimiento de mercancías
(por ejemplo, el bambú de la suerte).
Las personas infectadas son los
portadores y multiplicadores principales del virus, y los mosquitos se infectan
al picarlas. Tras la aparición de los primeros síntomas, las personas
infectadas con el virus pueden transmitir la infección (durante 4 o
5 días; 12 días como máximo) a los mosquitos Aedes.
La infección causas síntomas gripales
y en ocasiones evoluciona hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal
llamado dengue grave.
En las últimas décadas ha aumentado
enormemente la incidencia de dengue en el mundo. Alrededor de la mitad de la
población del mundo corre el riesgo de contraer esta enfermedad.
Antes de 1970, solo nueve países habían sufrido epidemias de dengue grave.
Sin embargo, ahora la enfermedad es endémica en más de 100 países de las
regiones de África, las Américas, el Mediterráneo Oriental, Asia Sudoriental y
el Pacífico Occidental. Las regiones más gravemente afectadas son el Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental.
En 2013, se notificaron 2,35 millones
de casos tan solo en la Región de las Américas; 37.687 de ellos fueron de
dengue grave.
Europa se enfrenta con
la posibilidad de brotes de dengue y la transmisión local de la enfermedad. En
2010, se notificaron por primera vez
casos en Francia y Croacia. También se detectaron casos importados en otros
países europeos.
En 2012, un brote de
dengue en el archipiélago de Madeira (Portugal)
ocasionó más 2000 casos, y se registraron casos importados en otros 10 países
europeos, además de Portugal continental.
En 2013 ha habido casos en Florida
(Estados Unidos de América) y la provincia de Yunnan (China). En Asia se ha
notificado un aumento del número de casos en Singapur. El
dengue se ha notificado también en el Japón tras un lapso de más de 70 años.
En 2015 se ha notificado un aumento
del número de casos en Brasil y Columbia.
En algunos países asiáticos y
latinoamericanos el dengue grave es causa de enfermedad y muerte en los niños
(2,5% de los niños afectados).
No hay tratamiento específico del dengue
ni del dengue grave, pero la detección oportuna y el acceso a la asistencia
médica adecuada disminuyen las tasas de mortalidad por debajo del 1%.
La prevención y el control del dengue
dependen exclusivamente de las medidas eficaces de lucha antivectorial.
Varias vacunas candidatas se
encuentran en ensayos de diversas fases.
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